Por su importante arquitectura es el monumento más destacado que se encuentra en la parte Sur del conjunto histórico, no solamente por su valor como templo con restos románicos o góticos sino porque también forma parte de la muralla al haber servido como baluarte defensivo donde destaca aún en la actualidad su adarve sobre el ábside de la iglesia en el que podemos ver entre merlones y saeteras el escudos de la casa de Alburquerque con las armas de La Cueva.
Esta iglesia es la primera referencia documental que tenemos sobre la existencia de un templo en Cuéllar ya que aparece en el testamento del conde Pedro Ansúrez hecho el año 1095.
El templo se levantó de estilo románico con una planta de nave central con su ábside semicircular y dos pequeñas naves laterales. La fábrica es de sillería caliza destacando las dos puertas románicas que se conservan en los lados Norte y Sur de las naves laterales. Con el fin de reforzar la zona defensiva de la puerta de San Pedro el segundo duque de Alburquerque a finales del siglo XV sustituyó el ábside románico por el gótico que podemos apreciar en la actualidad donde vemos grandes contrafuertes que sirven de soporte al paseo de ronda que corona el ábside junto al alero de su techumbre.